Los postres lácteos son una verdadera tentación a la que más de uno no puede resistirse. Y es que acabar la comida con un flan, unas natillas o una mousse de chocolate es el colofón perfecto para algunos. El problema es que los postres lácteos envasados que se venden en supermercados acostumbran a ser calóricos y ricos en grasas, azúcares y aditivos. Ahora bien, aunque lo parezca, no son todos iguales. La OCU ha analizado diferentes tipos de postres lácteos envasados que se venden en supermercados y ha aplicado su Escala Saludable, la herramienta nutricional de la OCU que va más allá de Nutriscore ya que además de tener en cuenta los azúcares, la sal o las grasas del alimento, también analiza el grado de procesamiento, los aditivos, los aromas, los edulcorantes y el tamaño de las raciones. Y de todos los productos analizados, hay uno que saca mucha mejor nota que el resto: el arroz con leche, el postre de toda la vida que preparaban las abuelas y se sigue comercializando como postre lácteo envasado pero se consume bastante menos que el flan o las mousses.
La organización de consumidores ha pasado por el filtro de su Escala Saludable diversos postres lácteos envasados de venta habitual en supermercados. Todos tienen entre sus ingredientes un derivado de la leche y se venden en la sección de refrigerados: flanes, arroz con leche, copas con nata, mousse y productos variados como pudding, panna cotta, tocino de cielo, natillas, tartas etc. El resultado del análisis ha sido el siguiente:
Cualquier producto ricos en azúcares o grasas saturadas es mejor tomarlo en pequeñas cantidades. Por eso a la hora de elegir un postre lácteo envasado es conveniente decantarse por envases con menos contenido. El problema es que muchos de estos postres contienen 130 g y hasta 160 g de producto. La excepción son las mousses, que no superan los 70 g.
El valor energético del postre lácteo te da una idea de las grasas y azúcares que aporta. Así pues, 100 g de arroz con leche llevan 128 calorías, similar a una copa de nata (133 kcal); mientras que el tocino de cielo aporta 260 calorías por 100 g.
Los negativo de un postre lácteo no solo son las grasas saturadas o el azúcar. Los aditivos son otro ingrediente a tener en cuenta a la hora de valorar lo saludable que es un producto. Por ejemplo el tocino de cielo es muy calórico pero no suele llevar demasiados aditivos ya que muchos se elaboran básicamente con leche, azúcar y huevos. Los mismo ocurre con el arroz leche.
A la hora de elegir un postre de este tipo, cuantos más jarabes, gelificantes o aromas, es decir, más sustancias que empiezan con la letra E o que acaban en -ina o en -osa, peor porque indica que es un producto muy procesado.
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