JAMóN CON CHORRERAS, UNA INSTITUCIóN DE LAS TAPAS DE ZARAGOZA

Al primero que se le ocurrió pedir un huevo envuelto en jamón y queso, primero rebozado y luego frito, seguro que se le dijo: “¡Y un jamón con chorreras!”. Esta frase se solía usar como respuesta negativa a peticiones exageradas, ya que los jamones que tenían chorreras —grasa chorreando de la pata— solían ser de mucha calidad e inalcanzables para el público medio. Sin embargo, en la historia que nos atañe, en vez de dejar la sugerencia como una invención sin sentido, esta se atendió.

¡Menos mal que se hizo! Si no, los zaragozanos nos habríamos quedado sin una de las tapas insignias de nuestro vermut de domingo. Rogelia Jaime era la propietaria, junto a su marido Estéban Perez, del clásico Casa Juanico cuando, movida por un antojo irrefrenable, cocinó este buñuelo tan peculiar, hace ya más de 50 años. El resultado fue tan bueno que poco a poco fue popularizándose entre los clientes hasta convertirse en la institución que es hoy en día. Ahora puede encontrarse en muchos locales de la ciudad, que han replicado el formato, además de seguir siendo una elección indiscutible en el todavía abierto Casa Juanico.

Es raro que los paisanos preparemos alguna vez en casa jamón con chorreras: es de esas cosas que disfrutas de paseo por el Tubo, junto a una caña bien tirada en una barra abarrotada. Pero he decidido ser benevolente con los forasteros y preparar una versión doméstica de nuestro querido pincho para quien no pueda aguantarse las ganas antes de venir de visita a la capital aragonesa.

Dicho esto, toca ponerse el delantal, que la fritanga llama a la puerta. La preparación es bastante sencilla: hay que cocer huevos —me permitiré la licencia de dejarlos un poco menos cocidos, para que la yema conserve un poco de cremosidad—, envolverlos en jamón y queso y clavarles un palillo para que la estructura no se desmorone. Pueden dejarse enteros, resultando unas tapas bien hermosas, o partirse por la mitad, lo que hace más sencillo el proceso de envolver. El rebozado suele ser tipo orly con huevo, aireado y esponjoso, pero muy crujiente. Así que prepara aceite caliente y una espumadera, que hay que hacer jamón con chorreras.

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